domingo, 26 de noviembre de 2023

Entrevista realizada a Conny Méndez el 19 de julio de 1970

 Les comparto esta hermosa entrevista en este aniversario de la partida de mi tía Conny, profundamente agradecida y honrada con su legado.


Entrevista publicada en mi columna «Gente Increíble», del

suplemento la revista «Estampas del diario «El Universal»,

el domingo 19 de julio 1970.

Leopoldo Fontana, periodista.

(El Universal, uno de los principales diarios que circula en Venezuela

desde hace más de 100 años. Nota del Editor.)

 

 

Conny es mujer (madre, abuela, bisabuela); caricaturista, autora, compositora, intérprete, música y metafísica. Es la autora de Julieta Velutini de Gil Santana y de Donald Rincones, para nombrar esas sus dos creaciones; y la mamá de La Negrita Marisol, Chucho y Ceferina, María Avelina, Tierruca, Mal de Ojo y Venezuela habla cantando, para no mencionar que a seis de sus hijos.

Y también Conny es loca.

Apenas aprendió a hablar, descubrió los encantos y ventajas indiscutibles de la conversación con las matas. Cuándo, perdida en sí misma se hacía invisible al mundo de los cuerdos, al “¿dónde estabas?” impaciente de la gente grande, tenía siempre la coartada perfecta: conversando con las matas.

No quedaba otro remedio que encogerse de hombros resignadamente ante las “cosas” de Conny.

 

¿Cuales son las ventajas de ser loco?

El loco hace lo que le da la gana. Es un libertado. Basta que la gente diga: ¡si es que es loco! ¿Pero tú no sabes que es loco?

 

Pero eso debe tener muchos inconvenientes

¡Claro que los tiene!

Sobretodo al principio las “cosas” del loco son consideradas una catástrofe. “No es normal”, dicen los de la familia dando por sentado que los normales son ellos. Todo cambia sin embargo cuándo una de las “cosas” llega a merecer la aprobación general. Yo tuve que sufrir mucho hasta el día en que a don Laureano Vallenilla Lanz (¡que Dios le haya premiado el gesto!) publicó en EL Nuevo Diario una caricatura que yo le hice. Desde ese día mis “cosas” pasaron a ser geniales y yo, sin saber porqué (yo me consideraba igualita) de “loca” pasé a ser “inteligente”…

 

Ya que estamos hablando de ti ¿cuál es tu principal cualidad, Conny?

La espontaneidad

 

¿Tu mayor defecto?

La compasión. Porque tengo compasión cuando no se debe y entonces hago mal a la gente.

 

Hablando de gente ¿cuál es tu cualidad preferida en un hombre?

Sus hormonas masculinas…

 

¿Y en una mujer?

El tacto

 

Define el amor.

Atracción, cohesión, adhesión y repulsión.

 

La diferencia entre el amor y la pasión

El amor da. La pasión pide.

 

El don de la naturaleza que quisieras tener.

Cinco kilos menos.

 

¿Cómo quisieras morir?

¡Gozando!

 

¿El consejo a un habitante de otro planeta para conquistar a la humanidad?

¡Que baje lanzando puñados de Bolívares!

 

¿Cuál es la cosa más difícil del mundo?

Dejar un vicio.

 

¿El sumo lujo que uno puede darse?

Criticar y condenar.

 

¿Tu posición social ha sido una ventaja o un inconveniente?

Ambas cosas.

 

¿Qué opinión te merece la juventud de hoy?

Yo la amo. Yo la admiro por su valentía. Yo la defiendo. ¡Es maravillosa, la juventud de hoy! Yo le tengo compasión cuando ensaya las drogas como una minifalda o una camisa de flores. La diferencia es que esta es otra era. La juventud de hoy no quiere normas antiguas sino aquellas cuyos valores ella misma haya descubierto.

 

¿Cuál ha sido tu más grave error?

No lo recuerdo. Eso quiere decir que está superado.

 

¿Y tu principal acierto?

El haber consentido embarcarme, durante la última guerra mundial, en un tanquero perseguido por un submarino alemán. Entre el terror y el espanto – de doce tanqueros el único que sobrevivió fue el nuestro – conocí a una viejita que me introdujo a la metafísica.

 

¿La metafísica? ¿Qué es la metafísica?

La metafísica estudia y trata de todo lo invisible a los sentidos físicos. Todo lo espiritual es metafísico. La brujería es metafísica. El espiritismo es metafísico. La metafísica que yo estudio, practico y enseño, es la que se ocupa de las leyes que gobiernan la vida de cada individuo y que le enseña a ser feliz, a no producir imperfección, a superar los problemas y dominar las enfermedades.

 

¿Pero entonces eres bruja?

La brujería es el uso de nuestros poderes innatos, pero basado en el odio y en la venganza con el objeto de dominar a alguien. Lo mío es basado en el amor, en el bien, en la liberación.

 

¿A ti te ha pasado algo INCREÍBLE??

Curé a un niño de leucemia.

 

¿Cómo es la cosa?

Los médicos habían diagnosticado leucemia. Te voy e explicar: el niño nace sin responsabilidad alguna. Todo lo que el niño hace antes del uso de razón es un reflejo de la mente de la madre. La madre de este niño vivía obsesionada por las enfermedades, especialmente la leucemia. Yo le expliqué que su obsesión es la que tenía enfermo a su hijo. Ella lo comprendió y en su deseo de verlo curado comenzó a tranquilizarse. Cuándo los médicos volvieron a examinar al niño, lo encontraron bueno y sano. Lo importante es que yo creo que lo hice, que la madre del niño cree que yo lo hice y que el niño se curó.

 

¡Increíble!

Increíble. ¡Lo dijiste tú!

 

Dame un mensaje para ser feliz, Conny.

Aprende metafísica.

 

¿Y la música, que es la música?

La música es la voz de Dios.

 

¿Qué parte ha ocupado la música en tu vida?

Cuándo tenía cinco años descubrí el piano. Compuse una pieza que con pretensión desmedida apodé “nocturno”: fue una de mis primeras “cosas”. Luego, ya mujer, descubrí y aprendí los tonos del “cuatro”: He dado conciertos de música criolla compuesta por mi, en la BBC de Londres, en Madrid, en América del Sur y en los Estados Unidos, por estaciones de radio de Nueva York y en la Universidad de Columbia.

 

¿Y con ese nombre, “Conny”, de dónde eres tú, Conny Méndez?

Yo soy venezolana

de la pura capital

del eje de mi tierra

del Distrito Federal.

 Yo busqué lo más central

y no pudiendo en Catedral,

 nací en la esquina del Conde

¡en la propia Calle Real!

 

 

 

 

imagen


Portada de la revista Feriado de fecha 22 de mayo de 1998 conmemorando los 100 años del natalicio de Conny Méndez (11 de abril de 1898).





jueves, 23 de noviembre de 2023

Gente polinizando gente - Virginia Gawel

 



Algunas personas sienten una necesidad especial: la de dejar una huella. Ellos son los "inseminadores", que van esparciendo su semilla, polinizando gente. Esta actitud implica una conciencia esencial de que no estamos solos, de que la evolución y el bienestar de la humanidad se hacen de uno en uno, con la voluntad de cada individuo.

Hay gente que mataría o moriría por tener un poquito de fama. Y hay otro tipo gente: la inseminadora (mujeres y hombres). Sobre los que buscan tener importancia personal ya se habla demasiado. Hablemos de los inseminadores. Quizá seas uno de ellos (¡casi seguro!). Y empecemos por aquí: todos los humanos tenemos en común un conjunto de necesidades: de cobijo, de alimento, de agua, y también, de afecto, de pertenencia, de reconocimiento básico… Pero algunas personas tienen, además, necesidades de otro orden. Se llaman metanecesidades y son las que se corresponden con un plano más profundo: las que reclama el espíritu. Dentro de ellas hay una a la que responden los inseminadores: dejar una huella. De qué se trata? Veamos…

Inseminar es una palabra hermosa: significa “esparcir semillas”. La gente inseminadora anda polinizando a otra gente, porque, lo sepa o no, está vibrando en conjunto con muchísimas otras personas que, en todo el mundo, harán alguna tarea para que otros reciban claridad, alegría, conocimiento, afecto, belleza… Como decía Ralph W. Emerson, están resueltos a dejar este mundo aunque sea un poquito mejor que como lo encontraron. Eso es “dejar una huella”. En su ámbito de trabajo, en su familia, en su barrio, en su país, en el mundo… En el “dejar una huella” hay una conciencia esencial de que no estamos solos, de que la evolución y el bienestar de la humanidad se hacen de uno en uno, con la voluntad de cada individuo.

A veces, la intención de dejar una huella acarrea la admiración de los demás. Pero otras, la tarea es silenciosa, anónima. En ocasiones, el inseminador no alcanzará a ver el fruto de su intento. En otras, recibirá incomprensión, burla, rechazo. Si así te sucede… ¡cuidado! Que eso no te introvierta, porque lo que no se da se pudre. Si el intento viene del espíritu, lo que el inseminador experimenta es un sentido de responsabilidad: porque responsabilidad significa “responder” (en este caso, responder al destino del espíritu, pujando colectivamente hacia lo luminoso) .Y si por allí se cuela el deseo de fama… ser gentiles con él: es el animalito interno que, desde el ego, busca ser admirado por su manada. Pero sepamos que no es lo importante: lo importante es… dejar una huella. El poeta y cantor Atahualpa Yupanqui lo dijo así, refiriéndose al canto. Pero quizás haciendo cualquier otra tarea desde el espíritu, sin saberlo, estemos cantando, procurando que, modestamente, nuestra vida sea una pequeña o gran obra de arte…


El destino del canto

Nada resulta superior al destino del canto.

Ninguna fuerza abatirá tus sueños,

porque ellos se nutren con su propia luz,

se alimentan de su propia pasión,

renacen cada día para Ser.

Sí, la tierra señala a sus elegidos.

El alma de la tierra, como una sombra,

sigue a los seres indicados

para traducirla en la esperanza,

en la pena, en la soledad.

Si tú eres el elegido,

si has sentido el reclamo de la tierra,

si comprendes su sombra,

te espera una tremenda responsabilidad.

Puede perseguirte la adversidad,

aquejarte el mal físico,

empobrecerte el medio,

desconocerte el mundo,

pueden burlarse y negarte los otros…

pero es inútil:

nada apagará la lumbre de tu antorcha,

porque no es solo tuya:

es de la tierra, que te ha señalado.

Y te ha señalado para tu sacrificio,

no para tu vanidad.

La luz que alumbra el corazón del artista

es una lámpara milagrosa que el pueblo usa

para encontrar la belleza en el camino,

la soledad, el miedo, el amor y la muerte.

Si tú no crees en tu pueblo,

si no amas, ni esperas, ni sufres con tu pueblo,

no alcanzaras a traducirlo nunca.

Escribirás, acaso, tu drama de hombre huraño,

solo sin soledad.

Cantarás tu extravío lejos de la grey,

pero tu grito solamente tuyo,

que nadie podrá ya entender.

Sí, la tierra señala a sus elegidos.

Y al llegar el final, tendrán su premio:

nadie los nombrará, serán “lo anónimo”,

pero ninguna tumba guardará su canto.

Texto de Virginia Gawel


jueves, 20 de julio de 2023

PERSONAS VIRICAS QUE CONSUMEN TU ENERGIA - Norali Caggiano

 



Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”.

Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su mono tema, por lo general con temática “desgracia”. La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.

¿Quiénes son las personas víricas? Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.

El origen de la persona vírica puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto. Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.

Víricos pasivos. En esta categoría incluyo a las víctimas, los que echan la culpa de todo su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables de lo malo que les ocurre porque son los demás o las circunstancias los que provocan su malestar. Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que las víctimas no tienen. Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a obtener la atención a través de la queja y eso es cómodo. Se sienten maltratados por la vida y abandonados de la suerte. Por supuesto, le hacen sentir mal a quien no le presta la atención de la que se creen merecedores. Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía.

“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien” (Víctor Hugo)

Víricos caraduras. Son los que siempre le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades. No mantienen relaciones bidireccionales en las que entreguen tanto como reciben. Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional. Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.

Víricos criticones. Viven de vivir la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas. No saben competir si no es destruyendo al otro. Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica. Y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.

Víricos con mala idea. Manténgalos bien lejos. Están resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado. Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas. Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención. Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas actitudes de superación les ningunean todavía más. Con estas personas sufrirá el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.

Víricos psicópatas. Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal. De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima. Ante ellos, salga corriendo, porque el que lo hace una vez, repite. Si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece. Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria.

Mecanismos de defensa. Para evitar el contagio de los víricos victimistas, lo primero que hay que hacer es pararles. Decirles que estará para ayudarles a tomar decisiones y solucionar problemas, pero no para ser el pañuelo en el que ahogan sus penas sin implicarse. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse y actuar porque optan por el camino fácil: llorar.
Dígale que estará encantado de ayudarle siempre y cuando se movilice. Y si no lo hace, decida alejarse de alguien que ha tomado la decisión de ser un parásito toda la vida. No lo está abandonando, le está dando aliento para que actúe. Si decide no tomar las riendas de su vida, ser su paño de lágrimas, tampoco será una ayuda. Se gasta la misma energía quejándose que buscando soluciones. La primera opción consume y resta, y la segunda suma.

“La tristeza del alma puede matarte mucho más rápido que una bacteria” (John. E. Steinbeck)

Ante el virus de pedir, el antivirus de decir no. Si usted no hace prevalecer sus necesidades y prioridades, ellos tampoco lo harán. Una cosa es ser solidario y otra muy distinta estar a disposición de todos y no estar nunca para uno mismo.

No permita que la persona vírica criticona haga juicios de otras personas que no estén presentes. Si lo hace con otros, también lo hará cuando usted no esté presente. No entre en su juego ni se identifique con esa conducta. Dígale que no le gusta hablar de personas que no están presentes. Y si se trata de rumores, dígale que no tiene la certeza de que el rumor sea cierto. Los rumores, la mayoría de las veces, son infundados, falsos o exagerados. Se propagan como el viento, y a pesar de que luego se compruebe que son falsos, el daño ya está hecho. Actúe como le gustaría que lo hicieran, con respeto, discreción y veracidad. Es más importante ser ético que evitar un conflicto con un criticón.

Y por último, no permita que nadie le falte al respeto y mucho menos le maltrate ni psicológica ni físicamente. Como personas, todos merecemos un trato digno. Hágase valer. Pida ayuda, póngase en su sitio, no consienta una segunda oportunidad a quien le ha hecho daño. El que le daña no le quiere; olvídese de justificarle por su pasado, su carácter, su educación, el alcohol o sus problemas. Nada, absolutamente nada, autoriza la falta de respeto y el maltrato físico y psicológico. Y esto es válido en el ámbito familiar, laboral y entre los amigos.

Rodéese de personas de bien, que le quieran y que se lo demuestren, que le hagan feliz, con las que salga con las pilas recargadas. Tenemos la obligación de ser felices y disfrutar. Hay mucha gente dispuesta a ello. No las deje escapar. Las personas estamos para ayudarnos, somos un equipo.


Norali Caggiano

martes, 30 de mayo de 2023

A corazón Abierto - por Tahíta

 

Ilustración original de Lizzy D (Elizabeth Hill)


"Sigue rompiendo tu corazón hasta que se abra." - Rumi

Siempre se nos dice que hay que ser lo suficientemente valientes como para abrir el corazón
La palabra "abrir" evoca en mí espacios expansivos, amplios horizontes.
Lo que a menudo olvidamos es que, de manera hermosa, el mundo funciona por contrastes. Todo es cíclico, al igual que las mareas y las fases de la luna, entramos y salimos de la expansión y la contracción.
Así también, el corazón.
La apertura a menudo es provocada por una explosión, una repentina explosión de calor, una presencia o una situación que nos desarma…o sea, nos deja vulnerables y aparentemente inermes.
Tememos la oscuridad. Nos olvidamos del contraste. Rogamos por la luz. Aunque sabemos que todas las cosas son temporales.
En eso, el corazón es un gran maestro. Nos lleva a profundidades que no teníamos idea que existían hasta ahora dentro de nosotros, esas partes que pretendemos ignorar, y nos las agita en la cara.
El corazón tiene su propia inteligencia. Es un líder integrando los otros sistemas del cuerpo y la energía, irradiando hacia afuera, magnetizando todo.
Es importante recordar que nos estamos impactando todo el tiempo, en oleadas, en palabras e interacciones, en abrazos y maltratos no visuales, sino energéticos.
La elección sigue siendo anteponer el corazón sobre al ego.
Aunque el amor es el combustible de gran parte de nuestra experiencia, conducidos por el ego entramos en acción y llevamos la planificación a su punto más alto en búsqueda de esta vibración por la cual no es necesario trabajar duro intelectualmente.
Simplemente debemos rendirnos.
Pero nos encanta el desafío: desafiarnos a nosotros mismos, nuestras creencias, nuestros cuerpos. Lo que también puede significar que amamos la lucha y aún la elegimos, que amamos encarnar al guerrero.
Pero a menudo, ser un guerrero significa bajar los brazos y rendirse.
En el mejor sentido, para despertar abiertamente el corazón, para vigorizar todo nuestro potencial, debemos permitir que su intensidad y calor quemen todas las otras cosas que se interponen en el camino, como el deseo de luchar. No hay otra opción que rendirnos a su fuego.
Esto significa experimentar gran alegría y gran tristeza. Dando la bienvenida a la intensidad de todo lo que llega, sabemos que nos puede arrollar y trastornar repentinamente. Y aunque prendamos a encontrar quietud en esto, en nuestras meditaciones, con nuestra respiración, aun así, la experiencia de una mayor conciencia y sensación estará allí agudizada.
Siempre estará allí, como un recordatorio de que tenemos cuerpos, pero no somos solo cuerpos. De que estamos vibrantemente conectados, y nos complementamos interactuando más que físicamente. Somos campos de fuerza ambulantes, pequeños rayos de todo lo imaginable, reducidos y empaquetados en hermosos vasos que se fusionan.
Si elegimos el camino menos transitado, aquel en el que decimos "sí" para que el corazón y la interacción se abran de par en par, sabemos que, en efecto, elegimos ser desafiados. Estamos asintiendo con la cabeza para ser lastimados y sorprendidos, así como abrazados y contenidos. Aun podemos aplaudir ante la oportunidad de enfrentar todo y levantarnos.
La rendición es la clave.



Despertar el corazón tiene muy poco que ver con discernir acerca de hacia dónde dirigimos nuestra energía amorosa. Tiene mucho que ver con tener discernimiento acerca de permanecer abiertos, incluso cuando sentimos que hemos sido heridos, quebrantados. Hay una lección allí, en ese quebrantamiento.
Cada experiencia que tenemos es simultánea con la de otros, o la experimentamos por todos los que nos rodean. Es imposible sentirse solo en esto, en la apertura del ser, dejando que el corazón dirija el camino, permitiendo que sea la luz que guía y el conjurador de nuestras idas y venidas diarias, logros y fallas.
Cuando elegimos despertar nuestro corazón abierto, permitiéndole latir en primera línea, estamos de acuerdo con una vida expansiva. Estamos de acuerdo en pasar por alto lo que a menudo se nos dice que es aceptable. ..para explorarlo internamente sin creencias preconcebidas
Estamos eligiendo conscientemente desviarnos de lo mundano, lo restringido, lo oprimido y lo autocensurado.
Ser verdaderamente de corazón abierto es latir con el pulso de lo divino, en la luz y la oscuridad, en la alegría y en el dolor, en la aceptación y la agitación, rindiéndonos a lo que llegue.
La vida conscientemente vivida…no deja piedra sin remover, y el camino consciente comienza con el compromiso de expandir nuestra percepción cada día.
Eso es vivir a Corazón abierto, pase lo que pase.
Desde el corazón les abrazo.
Tahíta



miércoles, 22 de febrero de 2023

NO PUEDO CON LAS “CANALIZACIONES”…

 



NO PUEDO CON LAS “CANALIZACIONES”… por Conny Méndez Estévez

 

Lo siento mucho, pero no puedo con las “canalizaciones”. Y cada cierto tiempo hago el intento de escuchar alguna en consideración a alguna amistad que comparte un vídeo o audio con mucha emoción y palabras de júbilo y ánimo, como si fueran maravillosas noticias. Movida por esas invitaciones tan llenas de entusiasmo voy a escuchar, y procuro hacerlo con un corazón abierto. Me parece que al cabo de unos escasos 5 minutos ya la cosa está llena de palabras rebuscadas y descripciones de “rayos” especiales, nuevos, y supuestamente poderosos, que de acuerdo a los “canalizadores” nos van a cambar la vida, la conciencia, el alma, el ser y vaya usted a saber qué otra cosa se supone que nos cambiarán. No, no y no.




Otra cosa muy diferente es que recibas la guía desde tu propio corazón para acertar en tus decisiones, para sanarte, para ayudar a otros, para conectarte con el mundo que nos rodea y los “seres especiales” al servicio de Dios. Eso es otra cosa muy diferente… y sí, claro que se pueden desarrollar las percepciones para que puedas sentir, observar y comunicarte con las maravillas de la creación, eso es real y maravilloso.



Lo que experimento con esas otras llamadas “canalizaciones” con las que no puedo, es una especie de trampa caza bobos en las que se promete mucho, pero al analizar el contenido está vacío, no tienen nada que pueda ser real. Y escuchando o releyendo ese mismo tipo de discursos más antiguos nada de lo que han “predicho” o “prometido” se ha cumplido. Y cosas muy terribles han sucedido en el planeta, pero no mencionaron nada de eso. Pero si están repletas de propuestas para alimentar la “importancia personal”, para sentirse superiores a “los demás”, diferentes y “especiales”, “iluminados”. "Aparentemente" tienen el Moj..Ohmmm de superioridad tan elevado que no pueden experimentar ¿COMPASIÓN y SERVICIO de verdad?... La humildad no se encuentra en esos discursos por ninguna parte.



Hazte un gran favor y activa tu sentido común, discierne, analiza, pon los pies en la tierra y toma fundamento para no ser manipulado. Conecta con la Creación. Y observa que “cosas” buenas, que en verdad puedas confirmar, te han traído esas “canalizaciones”: ¿cómo está tu salud? ¿qué expresas de las personas? ¿te sigues quejando? ¿cómo están tu suministro y generosidad? ¿honras tus compromisos? ¿cómo está tu familia más cercana o aquellos que conviven contigo? ¿cómo andas con el manejo de tus emociones y tus pensamientos?... ¿la sincronía de los milagros y regalos de Dios están actuando y logras verlos? ¿sigues con grandes “expectativas” que no se cumplen y luego te desilusionas cuando no llegan?...



Lo que puedo reconocer a través de la vida diaria es lo que podemos ir mejorando en nosotros mismos: sanando nuestras emociones; cuidando nuestros pensamientos y palabras; cuidando nuestra salud… y expresando y compartiendo todo eso con nuestros seres queridos, con nuestros vecinos, procurando cuidados y amor a toda la vida, honrando nuestros compromisos. Reconociendo nuestros errores y poniendo nuestro granito de arena para rectificarlos con un corazón agradecido por darnos cuenta.



Gracias Amada Presencia de Dios, Divino Creador, por la vida, por el aliento, por cada instante que nos regalas como un milagro tomados de tu mano, en tus brazos.

 

Conny - @connyhadafloral20 en IG -

 

 


domingo, 30 de octubre de 2022

Falsos yoes y PRESENCIA - Tahíta -

 







Estar presentes, y saber lo que no  somos…es esencial para una vida consciente en la que develamos los falsos yoes desde los cuales actúa la función egoica, aun inconscientemente.


Lo único parecido a un “yo real” que podemos percibir es…conciencia pura, originada en la Vida Infinita. Esta Fuerza Vital Infinita está encarnada dentro de mi individualidad finita. La individualidad es la encarnación de la Fuerza Vital dotada de conocimiento consciente. Pero el centro de la individualidad está bajo el hechizo de varias identidades construidas: falsos yoes, papeles que representamos, máscaras que usamos.


Estos falsos yoes usurpan nuestro ser esencial y hablan en su nombre, brindando información distorsionada y falsa que pone en marcha varias fuerzas que confunden y distorsionan todo: nuestra relación con los demás, con los eventos y con la Fuerza Vital.


El estudio, la observación y el desarme del falso yo nos hará sentir, en esta dualidad, más inspirados por el Espíritu…y para ello tendremos que descondicionar o reacondicionar la vida de nuestro personaje humano.


El descondicionamiento comienza cuando se activa nuestra fuerza esencial. Una vez despierta, se aparta de la personalidad, o más exactamente de nuestras subpersonalidades (falsos yoes), y tiene la capacidad de presenciarlas objetivamente.


Es como permitir que el Espíritu nos susurre al oído conscientemente en todo momento, o al menos en la mayoría del tiempo.


Cuando permanecemos despiertos, podemos observar esas identidades construidas, esos falsos yoes, y los vamos borrando junto a los problemas que traen consigo. Este proceso de conciencia expone capas sobre capas que hemos tomado como nosotros mismos, pero que eran solo capas de condicionamiento.


Prácticas como la meditación y la contemplación nos elevan a un nivel superior de conciencia desde el cual es posible un verdadero cambio. El proceso de desacondicionamiento implica reducir el ruido, la estática, las distorsiones dentro de la mente. Aunque diferentes tipos de personas están condicionadas de diferentes maneras, el hilo común consiste en las compulsiones y coerciones del falso yo: vanidad, orgullo, envidia, resentimiento, por nombrar algunas. Podemos agregar a la lista todos los sentimientos de agravio, de estar en deuda y “si tan solo…”. Todas estas formas de negatividad son problemas imaginarios que surgen de la naturaleza misma del falso yo y las historias que cuenta.


Entre las muchas subpersonalidades, los falsos yoes que componen nuestra identidad personal, la mayoría responde a varias motivaciones básicas. Cada motivación está determinada por el deseo de ganar o evitar algo que se cree bueno o malo, deseable o indeseable. La totalidad de estas motivaciones, o impulsos, se llama en términos religiosos…” el mundo, o lo mundano, o el demonio”.


La religión y la moralidad se han centrado en controlar los deseos mundanos, llamándolos pecados, como: orgullo, avaricia, lujuria, envidia, gula, ira y pereza. El orgullo, la envidia, la ira y la pereza son enfermedades del ego y del corazón, mientras que la codicia, la lujuria y la gula están directamente relacionadas con los deseos físicos que es necesario moderar. Estos deseos físicos, por supuesto, pueden influir y engendrar falsos yoes y lanzar un hechizo sobre el ser esencial, pero los dejaremos de lado por el momento, enfocándonos en cambio en una tendencia que multiplica la confusión y el sufrimiento en nuestras vidas.


Me gustaría compartir cómo creamos sufrimiento para nosotros mismos.


Si tuviéramos que observar objetivamente lo que causa la mayor parte de nuestro sufrimiento, veríamos que inconscientemente vivimos bajo un gran engaño: que el propósito principal de vivir es estar lo más tranquilo posible. En otras palabras, maximizar el placer y la comodidad, evitar toda desaprobación hacia nosotros mismos y sentirnos importantes o admirados. Esta suposición es el fundamento de nuestra esclavitud interior. Esta suposición es la raíz de nuestra opresión de nosotros mismos.


Así, vivimos prisioneros de…preservar nuestra propia existencia a toda costa, lo que resulta en miedos exagerados y una actitud defensiva; Ganar placer y comodidad, escapar de todo dolor e incomodidad; Llamar la atención, a menudo de manera inconsciente, y así evitar ser ignorado o rechazado; Obtener la aprobación incondicional y escapar de la desaprobación; Ganar un sentido de importancia y escapar del sentimiento de inferioridad; Ser amado, querido o deseado, y evitar ser abandonado; Tener control sobre otras personas y escapar de situaciones que no podemos controlar. A lista sería aún más extensa.


En nuestro estado ciego e inconsciente tenemos varias estrategias que aplicamos para tratar de alcanzar este estado imaginario de “tranquilidad”: quejarnos, ponernos en papel de víctima, adopta una máscara para agradar a la gente; conformarnos a hacer lo que los demás quieren; culpar a alguien o algo externo de lo que pasa; autoinflar el ego, por ejemplo, a través de jactarnos o mostrarnos en redes sociales.


Cada una de estas estrategias da nacimiento a falsos yoes que usurpan la primacía del ser esencial. Quejarse, culpar, seguir a las autoridades sin pensar, esconderse detrás de una máscara, jugar a la víctima, todas estas distorsiones y falsedades compuestas que oscurecen lo que realmente es. Además, estos falsos yoes no solo crean estragos en nuestras relaciones, sino que confunden y distorsionan nuestras energías vitales, creando formas de pensamiento negativas, mensajes incoherentes, todo lo cual tiene un efecto en el ámbito de la manifestación y la sincronicidad. Dios, la Vida Una, la Consciencia Infinita… no actúa de manera extraña. Sí estos falsos yoes. Aquellos que están dominados por estos falsos yoes de alguna manera atraen más accidentes, malentendidos, conflictos y caos.


La ilusión de creer que el propósito de la vida es estar siempre tranquilo, ser aprobado, maximizar el placer y tener el control en realidad crea una resistencia constante a las cosas tal como son. Esta resistencia corta la gratitud por los dones de la vida, el “sí” a la realidad y la confianza en la Inteligencia Divina. Este engaño conduce a expectativas poco realistas y engendra resentimiento cuando las cosas no funcionan como pensamos que deben funcionar.


Solo el Ser esencial, operando como “testigo”, es el que puede reducir el poder de estas motivaciones, estrategias y los falsos yoes que usurpan nuestra seidad.


Allí es cuando podemos volvernos receptivos a la gracia y la inspiración, vivir cada vez más con una conciencia del Ser Divino, crecer en la capacidad de ser agradecido, de confiar en la Inteligencia Divina y de rendirnos al Ser/Espíritu.


Vivir con menos resistencia.


Si lo hacemos podremos descubrir que las situaciones negativas se transforman de alguna manera cuando estamos en Presencia.


Estar en Presencia es observar y ser testigos de la enmarañada trama de los yoes pequeños, sin involucrarnos en las historias que tejen, para no percibirse desvalidos a causa del sentido de separación que nos hipnotiza.


El ego y los falsos yoes viven en el tiempo…el Ser vive solo en el presente.


PRESENCIA es presente.



Estar completamente presente significa que estoy atento a lo que está sucediendo ahora. Estar encarnado significa que no es solo mi mente la que está presente, sino que estoy en mi cuerpo, conectado, sintiendo y emocionalmente disponible. Ser congruente significa que estoy comunicando un solo mensaje, no diciendo una cosa con mis palabras y otra con mi lenguaje corporal, sino que transmito el mismo mensaje con mis palabras, lenguaje corporal y comportamientos. Y ser imperturbable, tranquilo independientemente de las circunstancias, es en gran medida el resultado de no concentrarse en el tiempo.


Durante los “tiempos difíciles” de nuestras vidas, generalmente nos volvemos inestables, reactivos. Lo mismo sucede cuando experimentamos un conflicto con otra persona. En estas situaciones reaccionamos a nuestra percepción del tiempo, porque cuando no nos gusta cómo nos sentimos, deseamos urgentemente escapar de la incomodidad. Creemos que podemos hacerlo huyendo o, a veces, afirmándonos —ganando— y demostrando que tenemos razón.


Huir no crea presencia.


Tampoco afirmar nuestro punto de vista, aunque se pueda confundir asertividad con presencia, pero asertividad es un ejemplo de fuerza, que no es lo mismo que presencia.


La presencia y la fuerza son muy diferentes.


 La fuerza nace del miedo.


La presencia nace de la existencia real.


 La Presencia es parte de nuestra naturaleza existencial…lo que somos eternamente, fuera del tiempo y de los yoes que el miedo crea♥


 Gracias. Gracias. Gracias


 Liliana Zerbino - Tahita -