Y ahora
dicen por ahí que soy “rara” pues no creo en días de “portales” energéticos, ni
en “saltos cuánticos”, ni en rituales en los que muchas personas participan…
¡No!
Ya lo había
expresado y lo reitero nuevamente: Sin ánimo de ofender a nadie, y tampoco para
entrar en discusiones, solamente les comparto mi sentir y observaciones al
respecto. Si crees firmemente en esas cosas pues esa es tu decisión y lo que te
toca experimentar. Pero esas fechas no se corresponden a los verdaderos ciclos
de la naturaleza.
Yo SE, con
toda certeza, que la conciencia se expande en la medida qué me entrego cada
instante a agradecer, bendecir y conectar con la Amada Presencia de Dios a
través de cada acción cotidiana.
Cómo dice
una gran amiga: Dicen por ahí que soy más “rara que un perro verde” pues me
susurra el viento y me abraza en el jardín, y escucho los pasitos de las
haditas y los duendes en la casa.
Todavía
siguen diciendo que me volví loca pues sigo sin horarios y rompo rutinas, me
duermo muy temprano, apago el teléfono, y me levanto en la madrugada para ver
el amanecer y extasiarme con las sorpresas del Creador cada día.
Ahora dicen
por ahí que soy rara por qué no me gustan ni Messenger, ni Whatsapp y el
Instagram me parece “fastidioso”, y no entiendo la locura obsesiva de la gente
al pegarse día y noche de esas redes, ni el empeño “invasivo” de mandar una y
otra vez cadenas, mensajes con “amenazas” de que si no lo reenvías te caen las
10 plagas de Egipto, y todas esas “modas” de hoy que en lugar de acercarte a
otros te alejan del verdadero contacto con la gente.
Y si aún
participo y tengo esas redes activas es para responder y leer los mensajes
realmente importantes y a veces necesarios de la gente que quiero y atiendo.
Y les seguiré
pareciendo rara pues no escondo ni mis canas, ni mis arrugas, ni mi papada, ni
mis kilitos de más, ni mi “pinta” de Doña con los años que Dios me ha regalado
de vida. Cada uno es testimonio de las inmensas bendiciones que me han
acompañado y me acompañan cada día.
Y ahora
dicen por ahí que soy rara pues como cuando se me antoja, duermo cuando quiero,
le hablo a las plantas del jardín, las consiento con música bonita… le hablo al
sol, a la lluvia, al viento, a la tierra y a mi gato… todo el tiempo.
Camino
pensando y sintiendo “cada paso un beso a la tierra”. Abrazo los árboles.
Abrazo al viento. Escucho a las flores. Y ellas y los colores “me chismean”
todo, de mí y de la gente.
Ahora dicen
por ahí que soy rara pues si me siento mal, triste o enojada, no lo escondo con
esas fotos relucientes de TODO BIEN Y SOY MARAVILLOSA que publican en Instagram
o en Facebook. Me doy el permiso de expresarlo, “despotrico” a veces, a voz en
cuello. Y pido asistencia… y lloro cuando tengo que llorar sin esconderlo.
Mientras
más me conecto con la Divinidad en mi interior, más rara me ven y mejor me
siento.
La vida
comienza a celebrarse desde lo simple, el “equipaje” en la espalda se hace más
liviano… las respuestas, los mensajes, los “milagros” cotidianos se presentan a
cada instante y momento. Se manifiesta la certeza de que somos protegidos,
guiados, asistidos en todo momento en cada paso de este maravilloso camino
llamado vida.
Gracias a
Dios por todo, todito: TODO.
Y
bienvenidas a mi vida más “rarezas” que me permitan sentirme cada día con mayor
coherencia, honestidad y verdadera.
Conny
Méndez Estévez - @connyhadafloral
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios