AYUDANDO
AL PLANETA
¿Ya diste gracias por el
día de hoy?
¿Ya te miraste al espejo
con una inmensa sonrisa para encender la mirada y expandir esta vida luminosa a
tu alrededor?
Cada día… cada instante…
estás irradiando lo que hay en tu mente y en tu corazón.
Hoy bendigo la vida y este
día. Bendigo los dones y los espacios. Bendigo las flores, el amanecer, el
viento, la tierra… la naturaleza toda. Bendigo y agradezco la asistencia y
compañía de los ángeles y seres de amor al servicio de Dios…
¡Bendigo el Bien en
todo y en todos!
Bienvenido este nuevo día
con todas sus sorpresas, experiencias y momentos.
¡Gracias Amada Presencia
por hacer palpitar mi corazón!
Esa es la pregunta que me
hago cada mañana de cada día.
He descubierto que las
respuestas se encuentran en diversos niveles de accionar, pensar y sentir.
Lo primero AGRADECER ¡Sí!
… por la vida, por el nuevo día, porque estamos respirando y tenemos por
delante un día nuevo completito para escribir y protagonizar nuestra historia
cotidiana de estreno.
Agradecer por el aire que
respiramos y pedir a la Divinidad que ese aire se purifique cada vez más.
Agradecer por el agua que
nos lava la cara y las manos, por la que tomamos y nos hidrata, por la que nos
sirve para la limpieza diaria y utilizamos para cocinar… y pedirle a la
Divinidad que se purifique cada vez más.
Agradecer por la LUZ del
día que nos alumbra las horas y que a través del Sol contribuye a toda la vida.
Agradecer por el alimento
que cada día nos sustenta pidiendo a la Divinidad que todos los seres reciban
su parte HOY.
Pensar bonito es sentir
bonito… simple… sencillo y de corazón.
Esto nos va limpiando de
todo lastre y complicación.
Agradecer también por
todas las personas que nos acompañan en casa, en el trabajo… Decir buenos días
con palabras o con una radiante sonrisa.
Bendecir desde el corazón
toda situación y persona que se nos presente este día.
Realizar nuestras tareas
diarias con dedicación, cuidado y cariño.
Recordar reciclar e
informarnos de las mejores formas de ahorrar agua y energía. Muchas veces
creemos que estamos colaborando con un mundo mejor pero nuestros hábitos
diarios no son los más adecuados para un planeta limpio y descontaminado.
Todo lo que pensamos,
sentimos, decimos y hacemos afecta a todos, estemos o no conscientes de que es
así. Por eso, permanecer atentos a lo que despedimos, comunicamos e
intercambiamos es tan importante.
¡Construir un hermoso
espacio en el cual vivir depende de nosotros!
No te olvides de orar,
meditar… entrar a un espacio interior de silencio interior para recibir a Dios
cada día… y desde allí expandir el Amor Divino recibido a todo lo que nos
rodea.
FELIZ DÍA DE CADA DÍA
Conny Méndez Estévez
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