miércoles, 8 de marzo de 2017

Técnica Esenia de la Gran Gratitud



Una de las claves del respeto, y por consiguiente de la alegría interna y la iluminación, es aprender a ser agradecido y a dar las gracias con gratitud y con una adecuada comprensión. Ciertamente me dirán que algunas veces no hay por qué dar las gracias, y que eso cultiva una actitud inocente, pasiva y débil. En verdad, la gratitud es todo excepto debilidad. Abre la puerta a una ciencia y conocimiento superiores. Un acto emanado de la gratitud es siempre beneficioso y bello. No saber dar las gracias no significa fortaleza en lo absoluto, sino debilidad. Una persona prisionera de su descontento cae en estados mentales negativos que le roban su fuerza y su energía.

La expresión "gracias" no es una mera frase educada y convencional. Es, por sobre todo, una frase mágica, un encantamiento sagrado, un poderoso mantram trasmitido a todas las personas por los grandes maestros espirituales y sus discípulos más iluminados. Sí, muchas costumbres de la vida que practicamos en forma inconsciente fueron originalmente instituidas por seres de luz que deseaban ayudar a la humanidad. La expresión "gracias" tiene el poder de abrir la conciencia y despertar a la verdadera riqueza. Aquellos que saben dar las gracias cuando caen en las pruebas, demuestran su valor interno y su conexión con una conciencia superior. Un agradecimiento tal debe provenir de una clara conciencia y de un perfecto conocimiento de las leyes de la vida. Entonces posee el poder alquímico para transformar las situaciones y los estados mentales.

Cuando se dice de la forma correcta, el agradecimiento tiene la virtud de purificar el alma terrenal y las relaciones entre los seres. Dar las gracias a alguien es purificar la atmósfera entre tú y esa otra persona. Algunas veces incluso puede sanar relaciones karmáticas y situaciones difíciles. "Gracias" ejerce un poder liberador; permite el desapego, el abandono (o la aceptación de las cosas), y facilita el perdón. Puede convertirse en una verdadera bendición para uno mismo y para otros; puede ser una muralla de defensa contra las fuerzas de la oscuridad que con frecuencia tratan de interferir en nuestras vidas para perturbar furtivamente, complicarlo o destruirlo todo. Por medio de la gratitud, también se puede crear una firme base --una sobre la cual se pueda construir una vida útil, armoniosa, rica y consciente--, en el aspecto psicológico de la vida.

Las virtudes de la gratitud son demasiado numerosas para describirlas; lo más sencillo es conocerlas por experiencia propia, poniendo en práctica la gratitud. Sin duda que necesitaremos una nueva percepción del mundo mucho más espiritual y sutil. Es en el mundo invisible donde el agradecimiento adquiere todas sus dimensiones. Por supuesto, si vivimos sin espiritualidad, sin conciencia, si damos la espalda al mundo invisible, admito entonces que dar las gracias pueda convertirse en una debilidad: para un ignorante, el agradecimiento es la muerte. Pero creo que nosotros aún no llegamos a esto.

Para quienes están conscientes de su espiritualidad y, por tanto, de la parte más sutil de su ser y de la vida, agradecer es incrementar la intensidad de la vida. El descontento estrecha la vida, mientras que la gratitud la expande, la aumenta, incrementa la alegría, y abre las puertas del infinito, del amor. Aquellos que reciben amor con gratitud lo reciben doblemente, mientras que quienes están descontentos lo pierden. La gratitud es el arte de saborear la vida con agrado; es también una aceptación inteligente y trabajo sobre uno mismo. El niño pequeño que recibe muchos cuidados no puede tener recogijo, mientras crea merecerlo todo. Vivir una mentira es sentenciarse uno mismo a infortunios y a desilusión.

Estoy convencido de que la alegría depende de nuestra actitud en la vida. Si tu agradecimiento contiene todo lo que es del cielo, entonces se convierte en una fabulosa oración y en un regalo de amor. Quien pronuncia las "gracias" de esta manera, comprende que nada en esta tierra le pertenece, y que todo es un regalo de los seres superiores que velan por él. Ni siquiera su cuerpo, sus pensamientos o sus deseos le pertenecen. Dar las gracias por todas estas bendiciones es estar en camino de adquirirlas verdaderamente, y de hacer algo positivo con ellas. Cuando el agradecimiento se transforma en una oración, adquiere el poder de triunfar sobre las fuerzas oscuras y los estados mentales negativos que envenenan la vida.

Cada vez más y más, el mundo se asemeja a una selva infestada de insectos y animales extraños, hasta el punto de encontrarse uno en situaciones donde los estados mentales oscuros invaden la conciencia y la sensibilidad como una nube de mosquitos, en forma cada vez más frecuente. Ya no sabemos cómo escapar a esos estados destructivos. El gran agradecimiento "aquel que conoce el sendero hacia el mundo superior invisible" puede liberarnos. Repito lo que digo, porque para mí el agradecimiento que se eleva al cielo con respeto y gratitud es la oración más hermosa. Ahora, es la oración más eficaz para sacar a los seres humanos del control de las fuerzas oscuras y los estados mentales negativos. La palabra "gratitud" también significa renacer a uno mismo.
Finalmente debemos comprender que hemos permitido una forma de vida artificial que incrementa el desarrollo de la negatividad. Por eso, tanto en el futuro como en el presente, las técnicas de alquimia interna serán cada vez más indispensables. Sin ellas, será imposible luchar para mantener la propia dignidad, el tesoro del alma, la belleza interior. Debemos reinventar una nueva forma de vivir en la tierra para poder recobrar las fuerzas del alma que abren las puertas del cielo y de la iluminación. Esta es una necesidad para el futuro.

Cuando los seres humanos llevan el cielo y la tierra dentro de sí mismos, no hay fuerzas negativas que puedan penetrar en ellos. Entiéndanme bien: para mí el descontento es una fuerza negativa. Claro que hay un tipo de descontento que es beneficioso, porque permite ponernos a trabajar aún más para alcanzar la perfección, pero este descontento es mesurado y controlado, es una herramienta de la creatividad. No estoy refiriéndome a éste, sino al que invade el alma y lleva al servilismo, cerrando las puertas a la inteligencia superior.

"Gracias" es una palabra que une al cielo y la tierra. Cuando el agradecimiento es sincero y está lleno de fuerza vital, tiene el poder de tocar y despertar ese centro íntimo que radica en el estómago y que los japoneses denominan el "hara". La verdadera fuerza proviene del profundo agradecimiento que toca el centro del ser uniendo cielo y tierra. Quien sabe cómo agradecer a la tierra, halla el fundamento de la vida psicológica. La tierra limpia, purifica y sana muchos problemas psicológicos, e incluso enfermedades físicas, porque ambos están estrechamente relacionados.

Quien sabe cómo agradecer a la inteligencia de los cielos halla dirección en su meta en la vida. Es una luz que ilumina con verdadero conocimiento. Todo lo que necesitamos hacer es ponernos a trabajar. Muchas cosas en nuestra vida dependen de la forma en que dirigimos nuestras energías. La inteligencia no radica en digerir las cosas como una cotorra, sino en la capacidad de comprender el significado positivo de la vida y caminar en esta dirección por nuestro bien, por el de los demás, y por el mundo. Todos en la tierra deben ofrecer sincero y cálido agradecimiento a todos los seres -- no al pequeño ser artificial en ellos, sino al Innombrable, omnipresente. La aceptación de lo divino, sublime, infinito, inmortal, a través de todos los seres humanos y a través del Todo es la perfección del agradecimiento.

Ahora les enseñaré una antigua técnica esenia.




Antiguo Ejercicio Esenio de Purificación y Salud
Párate en medio de la naturaleza viviente, entre el cielo y la tierra.
Siente la tierra bajo tus pies; siente como la tierra te carga y te sostiene.Siente el cielo infinito sobre ti; te inspira, te mejora, te eleva.En el cielo, piensa en el origen de tu espíritu y de tu inteligencia.En el cielo, piensa en el origen de tu alma eterna, de la más elevada conciencia universal.En la tierra, piensa en el origen de tu alma terrestre, en tu conciencia individual.Siéntete como una unión viviente entre las fuerzas del cielo y de la tierra, del infinito y de lo que está en desarrollo.Arrodíllate en la tierra, y con tu mano derecha cava un pequeño hoyo en la tierra.Coloca las dos manos juntas sobre tu pecho (el corazón místico), en señal de oración y de unión interna con el cielo y la tierra dentro de ti.En esta postura sagrada, permite que una hermosa luz, la fuerza, la presencia del cielo, fluya a través de ti: el omnipresente Padre de todos los seres vivientes. Imagina una luz diamantina, transparente como el agua pura.Inclínate con amor sobre la Madre Tierra, y coloca tus manos alrededor del pequeño hoyo. Inclínate sobre la tierra y coloca tu boca entre tus manos.Ofrécele con tus palabras a la tierra el agradecimiento del cielo a la Madre Tierra; ofrécele también el agradecimiento de tu corazón y, a través de ello, del corazón de la humanidad.

Pronuncia las palabras:"Madre Tierra, yo te ofrezco mi agradecimiento con todo mi corazón, y a través de él del corazón de todos los hombres y las mujeres. Que todos los seres que llevas en tu seno protejan, nutran y bendigan todo lo que crece."Acuéstate después sobre la tierra y abandónate sobre ella. Que tu cuerpo y tu alma nacidos de ella sean uno con la Madre Tierra y su oculto esplendor.

Piensa y di:"Madre Tierra, elimina todas mis enfermedades y mis faltas según tu voluntad, para que pueda recibir la bendición del espíritu divino y trasmitirla a todos los seres vivientes, según tu voluntad".Manténte en comunión, en silencio, mientras dejas que la tierra te purifique completamente.Pónte nuevamente de rodillas y coloca tus manos frente a la rosa solar del corazón.
Piensa en tu espíritu, siente tu alma, y di con tu fuerza vital:"Con amor y gratitud,
te ofrezco mi amoroso agradecimiento lleno de luz.
A la Madre Tierra, gracias;
al agua de la vida, gracias;
al precioso aire, gracias;
al fuego sagrado, gracias;
a los minerales, gracias;
a las plantas, gracias;
a los animales, gracias;
a la humanidad que camina por el sendero de la evolución, gracias;
a todos los ángeles, gracias;
a la inteligencia cósmica que creó mi pensamiento, gracias;
al océano de amor que creó mi sensibilidad, gracias;
a la vida universal que impregnó mi futuro con la semilla de la individualidad, gracias;
a todos los seres del mundo, doy las gracias en Él, la única Fuente que unifica a todos los seres en su origen y propósito".

Cruza los brazos sobre tu pecho, inclina ligeramente tu cabeza, y pronuncia la palabra de cierre: "Amen".Entonces, rellena de nuevo el agujero que cavaste para hablar con la Madre del mundo.




Por medio de la práctica de estos ejercicios, que son totalmente compatibles con nuestra vida contemporánea, notarás que recibes una fuerza de balance y armonía que te permite estar más equilibrado y ser tú mismo en la vida. La técnica de la gratitud permite que uno desarrolle una mayor sensibilidad hacia el mundo superior. No es un sentimentalismo poco saludable, sino un despertar que proviene de una mayor lucidez, más fortaleza, más bondad. Nuestra vida es nuestra vida. Somos nosotros quienes tenemos que vivirla, nadie más. Pero es obvio que para vivir la vida de una forma armoniosa, necesitamos fortaleza y lucidez. La técnica de la gratitud nos permite obtener esto, y aún más. 
Uno generalmente siente temor de la sensibilidad, porque piensa que mientras más sensible sea una persona, más infeliz y enferma estará. Por supuesto que si el agradecimiento no se expresa de la forma correcta puede enfermar, porque las energías no están dirigidas hacia el espíritu del cielo, sino que permanecen inconscientes y en forma demasiado personal. Quien piensa que él o ella es el centro del mundo, cuando da las gracias solamente expresa una frase muerta educada y convencional, para esconder el verdadero ser que él o ella es, por la pura apariencia.

El verdadero agradecimiento abre la percepción de la belleza, de la sabiduría, de la grandeza y del amor. Si un ser humano ya no percibe la realidad de mundo superior omnipresente, está perdido. Es solo cuestión de tiempo que la caída sea inevitable. Sólo el cultivar correctamente una mayor sensibilidad pueden llevar a la humanidad hacia una verdadera evolución de luz y armonía, y permitirle superar todas las pruebas y las tentaciones.
Una fuente de bienestar y de gran beneficio para la vida es ofrecerse a sí mismo unos momentos de soledad en los que se pueda cultivar la armonía y el bien original en calma y en silencio, y cuando pueda pronunciarse la mágica frase del gran agradecimiento. Luego podemos compartir esto con otros a través de simples actos, de palabras amistosas, de cálidas sonrisas llenas de luz que provienen de un mundo donde lo humano reina.








domingo, 5 de marzo de 2017

Las confidencias no se regalan a los traficantes de chismes


Los traficantes de chismes habitan en todos nuestros contextos. Visten piel de cordero y se alimentan de rumores con su lengua afilada, como si en ello les fuera la vida. Tienen además esa mentalidad de rebaño capaz de encontrar placer al deleitarse con los males ajenos, vulnerando confianzas y tejiendo conspiraciones a nuestras espaldas.
Por sancionables que nos parezcan estas conductas estamos ante un tipo de comportamiento psicológico que ha existido desde el principio de los tiempos. Los chismes forman parte de nuestra esencia biológica como seres sociales que somos. Esto mismo es lo que nos explica, por ejemplo, un estudio publicado en el 2008 en la revista “Scientific American“.

“Lo que no han visto tus ojos que no lo invente tu boca”

Por su parte, también Robin Dunbar, célebre antropólogo, psicólogo y biólogo británico, desarrolló una teoría en la que hablaba de los chismorreos como el caldo de cultivo sobre el que se empezó a desarrollar nuestro lenguaje. Según él, mientras nuestros ancestros se aseaban los unos a los otros en sus pequeños grupos sociales, empezaron a intercambiarse información en un contexto confidencial con el fin de estrechar lazos.

Ahora bien, existen muchos tipos de chismes, y una buena parte de ellos carecen de malicia. Muchas veces con su intercambio solo buscamos recabar información para eliminar la incertidumbre de nuestros entornos más cercanos. Nuestro cerebro está diseñado para recabar datos con el fin de restablecer nuestro equilibrio cognitivo y de ahí, que necesitemos lo que otros puedan explicarnos para vencer esas disonancias, esos vacíos de información.

Un tema sin duda interesante del que hablaremos a continuación.


Características de los traficantes de chismes

Epicuro definió el chisme como un placer natural, pero no necesario. Podríamos vivir toda la vida sin propagar ni un solo rumor o sin interesarnos por ellos y no pasaría nada, no moriríamos.

Sin embargo, los auténticos traficantes de chismes los necesitan de alguna manera, porque el cotilleo tiene un efecto compensatorio frente a sus decepciones, a sus vacíos emocionales y a sus malestares personales. Podríamos decir que son como especias para su vida, sin ellos sienten que no tiene sabor, que es aburrida.

Aún más, el mecanismo biológico que desencadena el acto de apiñarse los unos con los otros para compartir información privilegiada de una persona que está ausente da paso a una reacción química muy intensa: se libera serotonina, la hormona de la felicidad. Esto explica por qué en determinadas personas el acto de difundir rumores sea adictivo.

Veamos a continuación algunas características más.

Refuerza el sentimiento de pertenencia a un grupo

Para los traficantes de chismes compartir un cotilleo supone consolidar un “nosotros” para excluir a un “ellos”. De este modo, se edifica el sentimiento de pertenencia un grupo determinado, una conducta común en muchos contextos laborales, escolares e incluso familiares.

Proporciona la sensación de tener un estatus

Quien consigue una confidencia logra al instante un arma de poder en contra de alguien, un instrumento que bien administrado en un determinado momento puede ser una gran ventaja. Como diría Nietzsche, hay personas con necesidad de tener un rango, un estatus, y no dudan en conseguirlo mediante mecanismos de dudosa reputación moral.


“Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”
-Ernest Hemingway-


El chisme crea “mentalidad de rebaño”

Lo señalábamos al inicio. El hecho de ser partícipes de un cotilleo para después propagarlo a los cuatro vientos sin saber si es cierto, sin aplicar ningún filtro de análisis o sin valorar si ese acto es lícito, configura esa mente unitaria y rígida que tan poco dice de nuestra propia evolución humana.
De algún modo, se confirma aquello de que muy cerca de nosotros hay un envidioso que inventa un rumor, un chismoso que lo difunde y un ingenuo que lo asume sin oponer resistencia.
Es necesario frenar este tipo de comportamientos. A los traficantes de chismes se les detiene simplemente, frenando la propagación de ese cotilleo. La pregunta es, ¿cómo lograrlo? Pues aplicando los filtros de protección que te contamos a continuación.

Te explicamos cómo.



La psicología del chisme y cómo gestionarlo

El chisme es jugoso y colorido pero rara vez cumple un cometido constructivo. Tanto es así, que según nos explica un trabajo del London Business School, los cotilleos ocupan casi el 70% de las conversaciones en una organización laboral, hasta el punto de utilizar la variable de los chismes como forma de medir la productividad de una empresa.

“No todos repiten los chismes que oyen, algunos los mejoran”

Los proveedores de chismes erróneos y los traficantes de cotilleos dañinos afectan a las dinámicas de cualquier entorno. Son el germen del mobbing laboral y crean distancias insalvables en ese cableado que conforma un entorno laboral, donde los empleados desconfían de la dirección y la dirección de su propio capital humano.

Veamos ahora qué tipo de respuestas es bueno poner en práctica para evitar estas dinámicas.




Cómo frenar el chisme dañino

Pensemos en primer lugar que todo cotilleo es susceptible de traer consigo una información errónea o un daño moral hacia otra persona o un grupo de personas que están en el contenido de ese chisme. Elegir ser partícipe de ello es una frontera que puede convertirnos a nosotros mismos en traficantes de chismes, o por lo contrario en un escudo sabio que se ve a sí mismo en la responsabilidad de frenar esa dinámica.

·         Los cotilleos pueden ser una forma de socializar, pero debemos ser capaces de diferenciar el cotilleo que busca aportar información nueva, honesta y útil y significativa del que tiene propósitos más dañinos.
·         Aprende a distinguir también la información fiable de las simples suposiciones.
·         Deja claro que no quieres participar en los corrillos donde se difunden chismes malintencionados.
·         Sé cauto, intuitivo y muy prudente a la hora de ofrecer tu confianza y tus confidencias a alguien de tu entorno. Siempre será mejor practicar la sabia prudencia y el discreto silencio, antes que caer en las redes de los traficantes de chismes.
Para concluir, queda claro que “radio macuto” encaja más bien en un parvulario que en nuestros contextos de trabajo, de escalera de vecinos o de amistad. Sin embargo, es bueno que nos hagamos a la idea de que estos comportamientos siempre nos acompañarán. Piensa que el simple hecho de hacer oídos sordos a las lenguas envenenadas evitará que tengamos muchos problemas.




La autora de este artículo:

Valeria Sabater
Es  psicóloga y escritora.


Su página es maravillosa y la recomiendo ampliamente:

Deja de creer... Ríndete



"Si quieres ver la verdad claramente, nunca te muestres a favor ni en contra. La lucha entre "a favor" y "en contra" es la peor enfermedad de la mente".

BRUCE LEE.


"No hay nada malo ni bueno en sí mismo, es nuestro pensamiento quien lo transforma".

HAMLET.


"La esclavitud comienza en la mente y consiste en elegir creer que no tienes ninguna opción. La elección es el botón de encendido y apagado de nuestro poder. Cada segundo de nuestra vida es realmente sólo una elección para vivir de una u otra manera. No hay ninguna verdad definitiva. Elegimos la realidad momento a momento, basándonos en una creencia o en otra, y también podemos elegir o des-elegir".

ANDREA BALT



Nunca nos ponemos en contacto con la realidad, sino que percibimos todo a través de un filtro mental, que construimos según nuestras experiencias de vida, positivas o negativas, las enseñanzas de nuestros padres o el aprendizaje al que estamos sometidos. Una niebla espesa oculta toda posibilidad de acercarnos a esa realidad, ya que nuestra forma indiscriminada de acumular acontecimientos pasados, traumas y temores distorsiona la percepción, lo que hace que no sepamos donde se encuentra la verdad o que ésta parezca siempre muy lejos de nosotros. Por eso, igualmente, cada uno crea su realidad diferente de la del resto. Todo lo que creemos ser y lo que nos rodea tiene que ver con nuestros filtros mentales.

Nuestro cerebro filtra la información que recibimos a través de nuestros sentidos, pero ¿qué descarta y qué es importante para él? En la base de nuestro cerebro hay una red de conducción nerviosa que hace de filtro para todos los mensajes que nos llegan del exterior. Es el SAR. El SAR (sistema de activación reticular) opera 800 veces más rápido que la mente consciente y es quien se encarga de traer a nuestra vida las cosas que están en sintonía con lo que creemos. Eso que nos llega no es ni deja de ser real, está filtrado, pero hace que aparezcan circunstancias que desde nuestra mente consciente serían impensables, cosas que nos hacen creer que la vida es así, que no tenemos o tenemos suerte o que estamos en manos del destino.

Esta es la razón por la que, igualmente, juzgamos las cosas antes de experimentarlas, se nos repiten los procesos, siempre caemos con personas que se parecen, una misma cosa nos ocurre una y otra vez, nos bloqueamos, nos resistimos, postergamos, opinamos sin criterio, los negocios nos fallan, no emprendemos, fallamos siempre en lo mismo o nos consideramos, torpes, desatinados, inmaduros, e incapaces de salir de nuestro rincón seguro,aunque ese rincón sea insoportable. En definitiva, esto es lo que hace que siempre creamos estar en la verdad o tengamos tanto miedo a la vida.

¿Si todo pasa por el tamiz de nuestra mente, cómo sabemos entonces lo que es real y lo que no? Ni nos lo planteamos. Para casi todos, lo que creemos es real. Actuamos y reaccionamos según filtros mentales que están configurados por nuestras creencias, ideales, valores, experiencias, vivencias, antecedentes familiares, cultura, estados emocionales, hábitos de pensamiento, esquemas mentales, ideas preconcebidas, expectativas, ... La suma y resultado de todo esto se ocupa de “transformar” la realidad en “nuestra realidad” y nos hace creer que siempre tenemos razón. Las cosas son como son, porque así han sido siempre y así lo creo yo ¿Yo? Y… ¿Son?

Todos tenemos una imagen distorsionada de la realidad, porque toda realidad está teñida de pensamientos y creencias, que tienen que ver con toda esa gama de cosas que hemos acumulado en nuestras vidas. Todos, sin excepción, vemos las cosas, no como son, sino como nosotros somos. ¿Cómo son las cosas entonces? Son, esto es lo único que podemos tener claro. Todo es creado a partir de sistemas de creencias inconscientemente elegidos e incontrolados.

Al experimentar la vida, consciente o inconscientemente, a través de nuestro paradigma, lo mantenemos y lo reforzamos. A cada instante la mente se fortalece porque le damos la razón. Las creencias hacen que percibamos el mundo tal como nuestro sistema lo define. No hay percepción objetiva y lo que es aún peor, nos pasa desapercibido si ese filtro, por el que la realidad se pone en contacto con nosotros, tiene un contenido válido o si nos limita y nos quita poder.

Las diferencias entre nosotros son infinitas, los filtros tienen coincidencias, pero son distintos, nos ajustamos al paradigma que se nos transmite por herencia, pero, además, pensamos como pensamos y nuestros pensamientos tienen un importante papel mediador entre nosotros y la realidad. Así, el diálogo interno que creamos ante cada situación y los pensamientos recurrentes tienen una importante repercusión en nuestro estado emocional. Podríamos decir que todos tenemos y no tenemos razón. La interpretación de las cosas depende de los puntos de vista y de la inmutabilidad de esos puntos de vista.

Tener puntos de vista es normal, pero que sean inmutables nos hace esclavos de nuestro propio pensamiento y nos invita a entrar en una condición estática, en la que cualquier proceso se bloquea. Ver como los demás caminan encerrados en sus puntos de vista parece fácil, pero vernos a nosotros en la misma situación nos cuesta, no reconocemos el espejo, lo que no nos permite darnos cuenta de hasta dónde somos prisioneros de lo que creemos y pensamos. Estancarnos así, hace que permanezcamos en una zona de confort, a veces muy poco confortable, pero que nos da seguridad.

Pero el ser humano no es eso que parece. Necesitamos estar en constante movimiento, abiertos al cambio. La evolución es apertura, es crecimiento, es ver lo que nos limita y ser flexibles, para utilizar los puntos de vista que sean válidos en cada situación y para, de esa forma, experimentar la vida con libertad y plenitud. Hemos aprendido a tener creencias, a tener puntos de vista y hemos aprendido a vivir con ellas o a no vivir. Nuestra conciencia se ha identificado por completo con nuestro sistema mental, pero no somos lo que creemos y tampoco somos lo que pensamos.

Nuestro férreo paradigma nos hace ver la vida de la forma en que hemos aprendido. Salir de esos sistemas es duro, porque así lo hemos aprendido en la infancia y porque vivimos en un entorno que comparte ese mismo sistema de creencias. Al final, aunque éste nos esclavice, la esclavitud compartida parece menos esclava. Además, nos conformamos y lo asumimos. Es lo que conocemos. Sin embargo, la práctica habitual del sistema lo refuerza y nos perpetúa en una rueda en la que las cosas y las circunstancias se repiten, aunque no nos gusten. Las creencias han servido para sobrevivir y a la mente reptiliana eso le parece perfecto, porque lo importante es la continuidad de la vida. Da igual cómo, da lo mismo si nunca elegimos conscientemente, para ella es indiferente la felicidad o infelicidad que estos sistemas nos propicien. Lo importante es que estamos vivos. Ese es el éxito.

De esta forma la mente lucha por mantenerse aferrada a estos paradigmas exitosos, atada a nuestro pasado, atada a una historia que no existe en otro lugar que en la propia mente, que disfruta con el estatismo y la seguridad antes que cambiar de perspectiva. Tiene tanto miedo que prefiere mantenerse donde está, pero nada nuevo se habría descubierto, de no ser porque algunas personas decidieron hacer frente a las resistencias de su propia mente y a las de su entorno social, nada nuevo habría sido posible sin esos profundos cambios de perspectiva. De otro modo la tierra seguiría siendo el centro del universo o plana…y tantas otras cosas.

Somos y seremos esclavos mientras nuestro cerebro nos dirija, mientras seamos incapaces de sentir sin juicio, mientras crear nuestra realidad se nos haga imposible. Abrirnos a la posibilidad de un cambio en nosotros y en lo que creemos nos asegura crecimiento. Ablandar la mente pequeña, abre la puerta a la mente superior y eso nos trae armonía y toda la dicha de experimentar el momento presente. Sólo a la mente reptiliana le interesa el pasado o cubrir expectativas futuras. El ser humano que usa su mente superior sabe que no existe nada que no esté en este instante mismo en el que estamos vivos. Sólo en el instante presente es posible celebrar la vida y vivir en plenitud.

Nuestra actitud define todo lo que nos sucede. La realidad está formada por nuestros pensamientos y los comunes con la mayoría. Nuestro destino, el de todos, está definido por ese núcleo de pensamientos comunes que tiene detrás todas las creencias. La mente se configura como un sistema inmutable en la que los cambios no se plantean y son poco aceptados por la mayoría, aprendemos por imitación, aprendemos sin comprender lo aprendido, sin cuestionar, sin dudar de lo que se nos enseña.

Sin embargo, el cambio es posible. Si aprendemos por repetición, si este sistema del que hablamos se fortalece con el uso, también se debilita a fuerza de promover un cambio continuo y constante. "El ser humano se hace libre cuando aprende a utilizar su sistema mental en lugar de ser manejado por él". El ser humano cambia cuando deja de creer en todo lo que le es externo, cuando acepta que se equivoca, que comete errores, que es perfecto en su imperfección, cuando se ama y ama todo lo que le rodea. El ser humano cambia cuando deja la alerta constante, cuando no siente la vida como un peligro, cuando fluye sin miedo. El ser humano cambia cuando acepta y se rinde al momento presente.

"Nunca entendiste la vida porque así se suponía que debía de ser. Estabas destinado a vivir, a vivir sus muchas paradojas…

Cuanto más das sin ninguna expectativa, más recibes a cambio. Cuanto menos te preocupas, cuanto más sueltas los resultados, más cuidas y amas el viaje. Cuanto más puedas ser tú mismo, menos necesidad tienes de aferrarte a un yo.

Cuanto más espacio les ofrezcas a los pensamientos, menos serás controlado por ellos, y cuanto más profundamente lo hagas, mejor comprenderás que no eres el pensador.

El amor no es lo que consigues, es lo que eres. La iluminación no es un destino, es la luz que ilumina el camino. A veces un ‘no’ es un SÍ masivo a la vida. A veces tienes que fallar, y caer, para sentir que has tenido éxito al ponerte de pie. Eso que tanto anhelas, es lo único que no puede ser encontrado, porque ya está aquí, en el corazón de ese mismo anhelo.

Cuanto más conoces la muerte, más conoces la vida. Cuanto más huyes de la muerte, menos vivo te sientes. Tienes que volverte como un niño para entrar en el Reino. Cualquier cosa en la que creas puedes dudar de ella, y sólo la duda es completamente indudable. En lo Desconocido reside la clase más profunda de Conocer. E incluso tu confusión es vista con absoluta claridad, a través de los ojos del amor incondicional".

Jeff Foster




FUENTES:

El poder de elegir. Annie Marquier. Ediciones Luciérnaga, 2006.

La voz de tu alma. Laín García calvo. Edición propia, 2013.