martes, 30 de mayo de 2023

A corazón Abierto - por Tahíta

 

Ilustración original de Lizzy D (Elizabeth Hill)


"Sigue rompiendo tu corazón hasta que se abra." - Rumi

Siempre se nos dice que hay que ser lo suficientemente valientes como para abrir el corazón
La palabra "abrir" evoca en mí espacios expansivos, amplios horizontes.
Lo que a menudo olvidamos es que, de manera hermosa, el mundo funciona por contrastes. Todo es cíclico, al igual que las mareas y las fases de la luna, entramos y salimos de la expansión y la contracción.
Así también, el corazón.
La apertura a menudo es provocada por una explosión, una repentina explosión de calor, una presencia o una situación que nos desarma…o sea, nos deja vulnerables y aparentemente inermes.
Tememos la oscuridad. Nos olvidamos del contraste. Rogamos por la luz. Aunque sabemos que todas las cosas son temporales.
En eso, el corazón es un gran maestro. Nos lleva a profundidades que no teníamos idea que existían hasta ahora dentro de nosotros, esas partes que pretendemos ignorar, y nos las agita en la cara.
El corazón tiene su propia inteligencia. Es un líder integrando los otros sistemas del cuerpo y la energía, irradiando hacia afuera, magnetizando todo.
Es importante recordar que nos estamos impactando todo el tiempo, en oleadas, en palabras e interacciones, en abrazos y maltratos no visuales, sino energéticos.
La elección sigue siendo anteponer el corazón sobre al ego.
Aunque el amor es el combustible de gran parte de nuestra experiencia, conducidos por el ego entramos en acción y llevamos la planificación a su punto más alto en búsqueda de esta vibración por la cual no es necesario trabajar duro intelectualmente.
Simplemente debemos rendirnos.
Pero nos encanta el desafío: desafiarnos a nosotros mismos, nuestras creencias, nuestros cuerpos. Lo que también puede significar que amamos la lucha y aún la elegimos, que amamos encarnar al guerrero.
Pero a menudo, ser un guerrero significa bajar los brazos y rendirse.
En el mejor sentido, para despertar abiertamente el corazón, para vigorizar todo nuestro potencial, debemos permitir que su intensidad y calor quemen todas las otras cosas que se interponen en el camino, como el deseo de luchar. No hay otra opción que rendirnos a su fuego.
Esto significa experimentar gran alegría y gran tristeza. Dando la bienvenida a la intensidad de todo lo que llega, sabemos que nos puede arrollar y trastornar repentinamente. Y aunque prendamos a encontrar quietud en esto, en nuestras meditaciones, con nuestra respiración, aun así, la experiencia de una mayor conciencia y sensación estará allí agudizada.
Siempre estará allí, como un recordatorio de que tenemos cuerpos, pero no somos solo cuerpos. De que estamos vibrantemente conectados, y nos complementamos interactuando más que físicamente. Somos campos de fuerza ambulantes, pequeños rayos de todo lo imaginable, reducidos y empaquetados en hermosos vasos que se fusionan.
Si elegimos el camino menos transitado, aquel en el que decimos "sí" para que el corazón y la interacción se abran de par en par, sabemos que, en efecto, elegimos ser desafiados. Estamos asintiendo con la cabeza para ser lastimados y sorprendidos, así como abrazados y contenidos. Aun podemos aplaudir ante la oportunidad de enfrentar todo y levantarnos.
La rendición es la clave.



Despertar el corazón tiene muy poco que ver con discernir acerca de hacia dónde dirigimos nuestra energía amorosa. Tiene mucho que ver con tener discernimiento acerca de permanecer abiertos, incluso cuando sentimos que hemos sido heridos, quebrantados. Hay una lección allí, en ese quebrantamiento.
Cada experiencia que tenemos es simultánea con la de otros, o la experimentamos por todos los que nos rodean. Es imposible sentirse solo en esto, en la apertura del ser, dejando que el corazón dirija el camino, permitiendo que sea la luz que guía y el conjurador de nuestras idas y venidas diarias, logros y fallas.
Cuando elegimos despertar nuestro corazón abierto, permitiéndole latir en primera línea, estamos de acuerdo con una vida expansiva. Estamos de acuerdo en pasar por alto lo que a menudo se nos dice que es aceptable. ..para explorarlo internamente sin creencias preconcebidas
Estamos eligiendo conscientemente desviarnos de lo mundano, lo restringido, lo oprimido y lo autocensurado.
Ser verdaderamente de corazón abierto es latir con el pulso de lo divino, en la luz y la oscuridad, en la alegría y en el dolor, en la aceptación y la agitación, rindiéndonos a lo que llegue.
La vida conscientemente vivida…no deja piedra sin remover, y el camino consciente comienza con el compromiso de expandir nuestra percepción cada día.
Eso es vivir a Corazón abierto, pase lo que pase.
Desde el corazón les abrazo.
Tahíta