Durante bastante tiempo, he estado incluyendo la gratitud como parte de mi rutina matutina, tratando de encontrar razones para hacer que me enamore de mi vida, nuevamente, por billonésima vez, incluso en mis días más oscuros.
Todo comenzó hace unos años, cuando frente a mucha incertidumbre y angustia, comencé a hacer exactamente lo contrario de mi reacción natural (quejarme): practicar una obstinada gratitud de gladiador que me llevó al AMOR por lo que es.
Al principio tuve que abrirme camino, como un gladiador, a través del ejército de no- soy-suficiente, no-yo, no-esto, no-aquí y no-ahora, tratando de derribarme en la arena de mi mente.
Hasta entonces, confiaba en lo que percibía con mis sentidos para confirmar mi valor y satisfacción con la vida y, por lo tanto, determinar mi nivel de gratitud: ya sea la actitud de los demás, mis finanzas, mi vida amorosa, mi salud diaria: todo lo que había atraído o creado como resultado de experiencias pasadas, pensamientos pasados, elecciones y acciones.
Salía perdiendo cada vez, ya que siempre había algo que no estaba del todo bien, así que naturalmente me enfoqué más en lo que no funcionaba: lugares a los que no podía ir, personas con las que no podía estar, experiencias que no podía tener, las oportunidades que no recibí, y todos los NO que se te ocurran...
Mis experiencias pasadas manipularon y controlaron mi presente y seguían creando más del pasado.
Luego escuché una historia sobre un hombre que se curó de una afección grave, reprogramando su cerebro para sentir gratitud, después de golpear una pared tras su diagnóstico y no encontrar otra salida.
Oh, espera... ¿entonces no tienes que sentirlo primero? Simplemente continúas y ELIGES PRACTICARLO y, al hacerlo, ¿comienzas a sentirlo?
Fue entonces cuando hizo clic para mí.
Entonces, en mis días más oscuros, después de reconocer mis sentimientos, reaccionando a lo que me preocupaba en ese momento, elegí practicar la gratitud a pesar de ellos.
Me repetía una y otra vez, todas las mañanas antes de levantarme de la cama. Las palabras más simples, menos elocuentes y más poderosas que conozco:
GRACIAS. TE AMO. GRACIAS. TE AMO...
Al principio no sentí nada, pero cuanto más lo decía, primero en voz baja y luego en voz alta, más empecé a creerlo, a pesar de las protestas de mi mente.
Entonces, desde ese día, me comprometí conmigo mismo a que cuanto mayor fuera mi oscuridad, mis monstruos, mi incertidumbre, mayor sería mi Gratitud.
Prometí que no pisaría el suelo cada mañana, hasta que pudiera sentirme agradecida por lo que hay, desde el fondo de mis huesos, independientemente de la cantidad de excremento de caballo en el que pudiera estar nadando en ese momento.
No puede recibir lo que el universo tiene reservado para usted, lo que realmente quiere, a menos que primero se vacíe de lo que no es.
Dejar ir, vaciar es el primer paso. La gratitud saca la basura dejada por los podría, debería y deja su casa limpia y lista para recibir nuevos invitados.
Estar agradecido por lo que es no requiere que cierre los ojos a lo que no funciona en su vida o lo que aún no ha recibido. Tampoco le excusa de no crear o atraer lo que realmente quiere manifestar.
Por el contrario, aceptar LO QUE ES se convierte en LA PUERTA DE ENLACE para crear LO QUE DEBE SER.
Lo que la gratitud te enseña a través de la aceptación y la rendición es que cada cantidad de oscuridad o dificultad que experimentas es tan necesaria y curativa para tu viaje como tu luz: que debe considerarse como COMBUSTIBLE CREATIVO en lugar de VENENO.
La gratitud elimina la necesidad de pelear, huir o quejarse, al incitarlo a tomar medidas creativas. Te da más energía creativa para aprovechar la oportunidad y el poder presente en este momento.
La gratitud asume la responsabilidad que puede haber puesto fuera suyo, y lo pone en lo que PUEDE HACER POR USTED AHORA MISMO.
ATRACCIÓN: Lo similar atrae a lo similar. La gratitud establece un filtro para su enfoque, que a su vez establece el tono para el día, semana, mes, año... vida.
Si su filtro es predominantemente negativo, naturalmente atraerá y permitirá más energía negativa en su vida ese día.
Cuando te dices a ti mismo que el mundo no es seguro, que las personas son intrínsecamente malvadas, que todos están tratando desengañarte, que la vida es injusta, que eres desafortunado, que no eres amado, que no eres lo suficientemente bueno o exitoso, que no mereces la vida que deseas, la realidad que percibes sigue confirmando tu creencia.
La gratitud cambia el juego (LA HISTORIA), al cambiarte a ti (EL QUE CUENTA LA HISTORIA).
MANIFESTACIÓN / ABUNDANCIA: La abundancia real no se trata de tener más cosas, se trata de crear más vida, de cualquier manera que tu corazón lo sienta.
La gratitud abre las puertas de la abundancia al otorgarle una licencia para sentir, saborear y ver la abundancia en todas partes, para encontrar nuevas oportunidades en cada crisis, para disfrutar al máximo de este hermoso desorden.
Quejarse de lo que no está funcionando, lo que ya no está sucediendo o lo que aún no ha sucedido, lo despoja del poder creativo para cambiar sus circunstancias o crear / atraer mejores cosas en su vida, un poder que ya posee de manera innata. Quejarse lo pone en un estado reactivo de victimización versus un estado creativo.
"¿Crees que estás bajo una maldición? ... Así lo está todo el maldito mundo".
La gratitud es tu última prueba de realidad. Es como una comida energizante que comes justo antes de tomar una acción creativa. Te da poder y te prepara para la grandeza, sin importar la maldición bajo la que tú o nuestro mundo puedan creer estar.
Cualquiera que sea el grado de oscuridad dentro o alrededor de usted, TIENE EL PODER de crear otra historia. Y con esa historia una nueva realidad.
Eres el autor de este libro.
Tienes la última palabra sobre ti.
Deja que tu primera palabra sea GRACIAS.
(De - Andrea Balt - traducido por Tahíta)
