jueves, 8 de diciembre de 2016

LA ESTRUCTURA EGOICA



La publicación que ahora les comparto forma parte del material que suelo proporcionarle a mis estudiantes de Formación de Terapia Floral.
Ya lo he divulgado por las redes en distintos momentos, y cada vez que lo repaso lo encuentro muy vigente, benéfico y aleccionador.
Este estudio está basado en un libro de ZULMA REYO llamado ALQUIMIA INTERIOR y todas y cada una de las OBSERVACIONES de ZULMA REYO que comparto hoy con ustedes las he incluido en mi propia experiencia de vida confirmando que funcionan...

Ahora para ustedes con muchísimo amor.



LA ESTRUCTURA EGOICA.

El Ego: el ser individual o personal. El ego es la Importancia Personal que cada quién se da a sí mismo.
Las corrientes filosóficas orientales presentan al Ego como una identidad falsa a la que se defiende con firmeza. También afirman que el Ego es la causa del karma, por lo cual estar sin ego (o sin identificación) inicia un “momentum” o estado especial capaz de borrar el karma. Pero vivir sin un ego aterroriza a la mayoría de las personas.

El ego es el producto de la personalidad, de sus simpatías y antipatías dependiendo de la fuerza y la energía “desestabilizadora” de los tres centros inferiores, aunque cada uno de los tres generadores o chakras inferiores debe ser estabilizado y convertido en conscientemente productivo, el meollo del problema tiene sus raíces en la profundización y la regeneración del segundo chakra, y es a través de las emociones (en especial de las positivas) que las posibilidades de catalizar la función correcta de los tres generadores inferiores, a través del 4º generador, encuentran expresión.

Según Zulma Reyo el ego, como importancia personal, da identidad y significado al individuo y aparece por las siguientes razones:

1. Seguridad. Dándonos un punto de referencia social, sensación de ser amados y pertenecer a algo. Da el medio por el cual uno no se siente solo.

2. Atención. Se ocupa cierto espacio, imponiendo a lo que nos rodea una exigencia que debe ser satisfecha, el modo de dicha exigencia es el estilo del ego de cada uno.

3. Conservación. Creando un código de “defensa” contra lo que consideramos una intrusión o invalidación de la naturaleza sentimental. Estos códigos no permiten sentir los afectos humanos en el nivel cardíaco del 4º chakra.

4. Poder. Dando la tensión y la intensidad necesarias para reprimir y controlar, tanto a sí mismo como a los demás.

5. Conveniencia. Un código de conducta ya preparado que permite la permanencia de hábitos y rutinas sin encarar las cosas con profundidad o cuidado.

6. Auto-importancia. Sentirse muy “especial” dentro de su propio sello de engreimiento dándole significado a ser particularmente muy rico, famoso, la hija o hija de tal o cual, ser lindo, etc.

7. Manipulación. Para obtener la aprobación de los demás mostrándose enfermo, sufriente, manso, humilde… y lograr que la gente se ocupe de uno o manipularse a uno mismo.

8. Compañía. Nunca estar solo, siempre hay dos yoes o más en nuestra cabeza. Y se buscan ALIADOS que apoyen nuestros sistemas de creencias o nuestras maneras de actuar y de ver la vida.

9. Comodidad. Haciéndose sentir mejor emborrachándose, drogándose, alucinándose, compadeciéndose, apesadumbrándose… decirse a sí mismo ¡de todos modos, nadie más que yo puede entenderme!

La estructura egoica siempre tiene un “siempre”, con conducta polarizada y es el resultado de la fuerza emocional llamada DESEO e influenciado por lo que quieren:

• Nuestros padres
• Los demás
• El estilo de los tiempos o una época para alienarnos o confrontarnos.

La estructura egoica raras veces es lo que queremos conscientemente.
Un antídoto importante para el ego o importancia personal, es la capacidad de reírse de sí mismo. Otro es gustar de sí mismo con ego y todo.

¿Cómo distinguir o saber que estamos en un espacio del ego o de importancia personal?

1. Hay siempre una sensación de rigidez en el cuerpo que se manifiesta a menudo en nuestra cara. Zulma lo llama el síndrome de la cara obvia. El rostro queda atrapado y el cuerpo puede ponerse muy tieso. A la persona se le hace muy difícil reírse de sí misma con incapacidad para hacer más de una cosa al mismo tiempo.

2. Se siente observado permanentemente ocupando bastante del espacio y tiempo de otras personas.

3. Siempre hay uno u otro drama (tragedia, peligro, sabotajes de los demás, críticas, juicios y sufrimiento) envolviéndolo de distintas maneras. Perturbándose o perturbando al ambiente que lo rodea, generando así necesidad o importancia. Esto produce mucho odio a través del control de otros o hacia otros.

4. Siempre hay algo que molesta o distrae lo suficiente para olvidarse de sentir o escuchar a nuestro verdadero YO..

5. Siempre hay una batalla o lucha. Todo es complicado. No se puede ser directo o sintético.

6. Siempre hay una actuación o papel que representar.

7. Uno siempre está ansioso de que lo descubran, de que se fijen en uno, proyectando esa ansiedad en los demás y en las situaciones.

8. Siempre hay que echarle la culpa a algo o a alguien.

9. Siempre hay una excusa o justificación socialmente aceptable en parámetros de correcto o incorrecto (buena o mala persona).

10. Su comportamiento siempre expresa extremos o excesos de algún tipo.

11. No se puede estar en silencio o solo. Siempre se busca alguien alrededor o el diálogo interno incesante.

12. Se necesita algún tipo de muletas: anotaciones, instrucciones, clases, etc., para planificarse u organizarse o inversamente, parece no lograr juntar todos los datos necesarios para organizarse.

13. No se puede estar o pensar en el presente. Busca la continuidad en el pasado o en el futuro.

14. Se tiene miedo de ser o no puede ser uno mismo.

15. Antes de hacer algo, las propias opiniones surgen de tal forma que actúan como nuestro propio balde de agua fría.

16. Siempre hay un enemigo al acecho que pretende sabotear, enjuiciar, entorpecer o lo que sea. Pero se percibe como “externo”, el “otro” que supuestamente no me entiende o no me deja expresarme, hacer o ser.

17. Uno invierte en la gente, en las cosas o en las situaciones y luego se queja de las situaciones y obligaciones, haciéndose continuos planteos y sintiendo siempre miedo de perder algo o a alguien.

18. Uno debe defender su imagen a cualquier precio.

19. Uno es motivado por necesidades, todas de la mayor urgencia.

20. Siempre se está absorbido por sí mismo, hablando de sí mismo. Todo gira alrededor de sí mismo.

21. Siempre hay alguien observándolo, aunque sea el observador que ha creado en el esfuerzo por trabajar su ego.

Esta fuerza emocional proveniente del ego o de la importancia personal suele ser sumamente disociadora, desequilibrante e inarmónica.

No podemos acabar con el ego, es nuestra herramienta de trabajo. Pero si podemos desarrollar un ego flexibilizado: como una “Presencia” sobre la importancia personal, reestructurando un ordenamiento adaptable a las situaciones cambiantes que, aunque usa la maquinaria del ego, mantiene activa la Consciencia misma.

CARACTERÍSTICAS DE UN EGO FLEXIBILIZADO (Zulma Reyo)

1. El punto de referencia es transferido a uno mismo, estando presente como una experiencia.

2. Hay una enorme flexibilidad que nos permite fluir dentro de muchas modalidades o identidades posibles.

3. Sin una estructura fija, hay mayor espontaneidad, marcada por lo impredecible y a menudo por una conducta atípica.

4. Se orienta hacia las situaciones en lugar de hacerlo hacia uno mismo.

5. Actúa sin cálculos ni comentarios interiores, permanece centrado en el presente.

6. Vive sin buscar significados convencionales. El significado está en el propio existir de la persona en la Vida.

7. Es un fenómeno energético a partir del cual la inteligencia actúa naturalmente.

8. Deja que las cosas acontezcan. Siente placer sin tensión.
9. Hay un sentido de alegría y libertad.

10. No le importa lo que los demás piensen, pero no por ello se endurece ni se insensibiliza.

11. Se siente común y corriente.

12. No tiene inversiones que defender ni proteger.

13. Se ríe de sí mismo y no se toma muy en serio.

14. Juega consigo mismo y sabe cómo usar su ego conscientemente.

15. Actúa, vive, piensa y habla con sencillez.

16. Responde humanamente a las personas y situaciones, sin involucrarse emocionalmente ni proyectar indiferencia.

17. Gusta de la aventura y el riesgo, sin ser descuidado o temerario.

18. Se expresa vitalmente y siente una viva vitalidad.

19. Es humilde, sin ostentación.

20. Acepta las situaciones sin discusiones ni resistencia.

21. Gusta de sí mismo.





Sobre Zulma Reyo: Nació en Puerto Rico, estudió en los Estados Unidos. Se licenció en Letras con Master en Pedagogía, en la New York University, y es Profesora de Educación. Pero fueron sus estudios posteriores, especialmente en Psicología Y Esoterismo, los que marcaron un cambio de rumbo en su vida. Vivió en Inglaterra y pasó 8 años realizando estudios y trabajando en una Universidad de Conciencia en la India, donde sumó un sólido aprendizaje de las enseñanzas de Oriente a las avanzadas técnicas psicoterapéuticas adquiridas. Con todo esto fue delineando en su mente la creación del Centro de Alquimia Interior, Escuela de Conciencia, el que fundó en New York en 1982, luego de su retorno a Estados Unidos. En 1988, comienza a dar conferencias y seminarios en Brasil y en Argentina, país donde publica su primer libro: Alquimia Interior, al cual le siguieron Muerte y Renacimiento, la Suprema Alquimia y Karma & Sexualidad, el experimento de Alquimia Humana y varios otros aun no publicados en español. En 1990, Zulma muda su Centro a Sao Paulo donde permanece casi una década. Actualmente, reside en España donde realiza sus workshops, así como también en Inglaterra, Francia, Portugal y Alemania. Zulma Reyo es una mujer intensa y vital que ha indagado en las fuentes de la sabiduría de Oriente y de Occidente, para encontrar la esencia misma del ser humano y el nexo con el cual unir los extremos, indispensable para poder reconocer que ambos forman parte de una única e indivisible realidad.

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