miércoles, 2 de febrero de 2022

Y AHORA DICEN POR AHÍ QUE SOY RARA...

 


Y ahora dicen por ahí que soy “rara” pues no creo en días de “portales” energéticos, ni en “saltos cuánticos”, ni en rituales en los que muchas personas participan… ¡No!

Ya lo había expresado y lo reitero nuevamente: Sin ánimo de ofender a nadie, y tampoco para entrar en discusiones, solamente les comparto mi sentir y observaciones al respecto. Si crees firmemente en esas cosas pues esa es tu decisión y lo que te toca experimentar. Pero esas fechas no se corresponden a los verdaderos ciclos de la naturaleza.

Yo SE, con toda certeza, que la conciencia se expande en la medida qué me entrego cada instante a agradecer, bendecir y conectar con la Amada Presencia de Dios a través de cada acción cotidiana.

Cómo dice una gran amiga: Dicen por ahí que soy más “rara que un perro verde” pues me susurra el viento y me abraza en el jardín, y escucho los pasitos de las haditas y los duendes en la casa.




Todavía siguen diciendo que me volví loca pues sigo sin horarios y rompo rutinas, me duermo muy temprano, apago el teléfono, y me levanto en la madrugada para ver el amanecer y extasiarme con las sorpresas del Creador cada día.

Ahora dicen por ahí que soy rara por qué no me gustan ni Messenger, ni Whatsapp y el Instagram me parece “fastidioso”, y no entiendo la locura obsesiva de la gente al pegarse día y noche de esas redes, ni el empeño “invasivo” de mandar una y otra vez cadenas, mensajes con “amenazas” de que si no lo reenvías te caen las 10 plagas de Egipto, y todas esas “modas” de hoy que en lugar de acercarte a otros te alejan del verdadero contacto con la gente.

Y si aún participo y tengo esas redes activas es para responder y leer los mensajes realmente importantes y a veces necesarios de la gente que quiero y atiendo.

Y les seguiré pareciendo rara pues no escondo ni mis canas, ni mis arrugas, ni mi papada, ni mis kilitos de más, ni mi “pinta” de Doña con los años que Dios me ha regalado de vida. Cada uno es testimonio de las inmensas bendiciones que me han acompañado y me acompañan cada día.




Y ahora dicen por ahí que soy rara pues como cuando se me antoja, duermo cuando quiero, le hablo a las plantas del jardín, las consiento con música bonita… le hablo al sol, a la lluvia, al viento, a la tierra y a mi gato… todo el tiempo.

Camino pensando y sintiendo “cada paso un beso a la tierra”. Abrazo los árboles. Abrazo al viento. Escucho a las flores. Y ellas y los colores “me chismean” todo, de mí y de la gente.

Ahora dicen por ahí que soy rara pues si me siento mal, triste o enojada, no lo escondo con esas fotos relucientes de TODO BIEN Y SOY MARAVILLOSA que publican en Instagram o en Facebook. Me doy el permiso de expresarlo, “despotrico” a veces, a voz en cuello. Y pido asistencia… y lloro cuando tengo que llorar sin esconderlo.

Mientras más me conecto con la Divinidad en mi interior, más rara me ven y mejor me siento.

La vida comienza a celebrarse desde lo simple, el “equipaje” en la espalda se hace más liviano… las respuestas, los mensajes, los “milagros” cotidianos se presentan a cada instante y momento. Se manifiesta la certeza de que somos protegidos, guiados, asistidos en todo momento en cada paso de este maravilloso camino llamado vida.

Gracias a Dios por todo, todito: TODO.

Y bienvenidas a mi vida más “rarezas” que me permitan sentirme cada día con mayor coherencia, honestidad y verdadera.

 

Conny Méndez Estévez - @connyhadafloral

 

 

 

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