La naturaleza dispone de un gran abanico musical, una gran cantidad de sonidos armoniosos que a menudo escapan a nuestros sentidos o no nos tomamos el tiempo de escucharlos. El sonido de las olas del mar o del agua de una cascada puede resultar para unos, extremadamente relajante y, en cambio, crispar los nervios a otros.

Sonidos de la naturaleza

Los primeros son capaces de asumir la frecuencia de esas vibraciones, los segundos no vibran en la misma onda y por lo tanto esos sonidos se transforman en ruidos. El cuerpo humano emite sonidos. El sonido de la sangre corriendo por nuestras venas, los latidos del corazón, la respiración, la voz.
Si golpeamos con las palmas de las manos distintas partes de nuestro cuerpo comprobamos cómo los sonidos cambian de ritmo y vibración.

Sonidos primigenios

Existen básicamente 4 tipos de sonidos primigenios: el del fuego, el del aire, los sonidos del agua y los de la tierra.
Los sonidos naturales pertenecen a la clave de Fa y los sonidos artificiales, como por ejemplo una sirena o el teléfono, se dan en clave de La.

Terapia del sonido

La terapia del sonido también llamada musicoterapia es una disciplina que utiliza las propiedades del sonido y su vibración para aliviar o curar ciertas disfunciones sicofísicas, tal y como ya lo hicieron nuestros antepasados.
El principio básico de sanación con el sonido es el concepto de resonancia, que es la frecuencia vibratoria de un objeto. Los sonidos sintrópicos, armónicos, son beneficiosos, los sonidos que rompen pueden llegar a crear patologías importantes si se oyen con cierta frecuencia que no sólo pueden afectar el oído interno, sino que pueden incidir de forma negativa en el comportamiento de las personas.
De hecho está comprobado que el ruido provoca agresividad, en cambio una melodía armoniosa y alegre favorece el optimismo. La frecuencia de resonancia perfecta tiene la capacidad de cambiar nuestros estados tanto físicos, como emocionales o mentales.

Aplicación de la terapia del sonido

La aplicación de la terapia del sonido, tal y como lo hemos visto, tiene sus raíces en la antigüedad. Los médicos egipcios utilizaban notas en sus intervenciones quirúrgicas, con el fin de activar las endorfinas, hormonas que segregan un sedante o tranquilizante natural.
Por otra parte, los sonidos que provienen de instrumentos acústicos se emplean para dar masajes sonoros. Los cuencos tibetanos, diapasones o el didgeridoo se utilizan para reequilibrar los hemisferios cerebrales, o estimular los sistemas endocrino e inmunológico del cuerpo.
El uso de la resonancia del sonido no se reduce sólo a las terapias complementarias
Durante la segunda guerra mundial se utilizó la música en hospitales de campaña para los casos en que no quedaba anestesia. Ahora son cada vez más los hospitales que utilizan los sonidos con el fin de relajar al paciente. Con los niños los efectos son sorprendentes, se ha comprobado que con esta terapia necesitan dosis inferiores de anestesia.
Se ha constatado también que poner música en la sala de partos favorece el alumbramiento. Se utiliza la música en los tratamientos de enfermedades graves o en terapias de desintoxicación por drogodependencia.
Existen otra clase de sonidos, los suprasonidos o infrasonidos que creados artificialmente se aplican en algunos centros hospitalarios para deshacer cálculos biliares y renales. Los buenos sonidos son una fuente de energía, de potencialidades y equilibrio.
Una persona estresada o angustiada, triste o depresiva no aceptará los mismos sonidos que una persona sana, alegre, expansiva. Es por lo tanto muy importante saber qué escuchar y en qué momento hacerlo.
El sonido del agua que corre calmará a una persona estresada, agresiva que ha gastado mucha energía. El sonido de los latidos del corazón ayudará a alguien desubicado, perdido, (coherencia cardiaca).
Escuchar la propia respiración activa estados de conciencia alfa, relaja, rebaja el nivel de agitación interior. El crepitar de las llamas activa inconscientemente la voluntad; el sonido del aire estimula la creatividad. Estos son pequeños ejemplos de cómo pueden influenciarnos los sonidos.
Las sesiones de meditación con música crean el ambiente propicio para desconectar la mente y distraer las emociones, porque conseguir meditar con la mente en blanco requiere un nivel de aprendizaje muy intenso y específico al que no todo el mundo llega.

Cantos armónicos

El canto de armónicos es una técnica que está resurgiendo con fuerza. Proviene del Asia Central y fue practicada asiduamente por las razas mongoles y los tuvanos.
Utilizaban este canto que consiste en cantar simultáneamente varias notas musicales con la propia voz, para ponerse en resonancia con el espíritu de la naturaleza imitando sonidos diversos, como los de los animales, el viento, los pájaros. Son sonidos puros que suenan como flautas por encima de la voz del cantor y esta técnica tiene un resultado extraordinario en las terapias de sanación y transmutación de estados depresivos.
Los lamas del Tibet que también poseen el don de la sabiduría del sonido utilizan los armónicos para entonar sus oraciones. Son los llamados “cantos de la voz grave”. Con ellos emiten ondas sonoras muy poderosas capaces de desencadenar procesos vibratorios de efectos importantes en la naturaleza humana.

Instrumentos terapéuticos

  • La lira: es un instrumento de atribuciones mágicas y de sonido celestial inmortalizada en la leyenda de Orfeo y sus 7 cuerdas afinadas al compás de los planetas.
  • El arpa: evoca las cascadas sonoras que a modo de puente conectan lo terrenal y lo celestial.
  • Las campanas: despiertan la conciencia. Es por lo que se utilizan como convocadoras religiosas. Las campanas tibetanas inducen a la introspección.
  • La cítara: es un instrumento hindú de sonido inconfundible que tiene propiedades sedativas y es activadora de la conciencia para alcanzar estados espirituales superiores.
  • La flauta: es un instrumento que tiene el valor de transportarnos al viaje celestial a la morada de lo eterno.
  • La gaita: los antiguos celtas la utilizaban para inducir ciertos estados de exaltación. Es antidepresiva. Se dice que la utilizaban los gaiteros en los campos de batalla para dar valor a los guerreros.
  • Los tambores: la percusión transportan la mente a otros planos de conciencia. Las tribus africanas los utilizan para fortalecer el espíritu y hacerlo más resistente frente a las pruebas de la vida.
  • El violín, el violonchelo y el oboe: son instrumentos clásicos de clara inspiración divina, tienen la capacidad transportar el oyente a planos de conciencia armónicos aunque más estructurados y sólidos.
  • El hang, un instrumento del siglo XXI, que dos lutier suizos crearon. Se trata de un disco metálico compuesto por dos hemisferios unidos por el ding, el superior y el cu, el inferior. Alberga 8 tonos musicales. Se toca con las manos y desprende una música celestial. Muchas personas lo utilizan en terapia porque crea unas vibraciones realmente especiales y cósmicas, como dirían algunas de las persones que lo utilizan.
Recomiendo muy especialmente las terapias de Edgar Tarrés, con sus cuencos tibetanos, sus trabajos musicales con el Árbol Cabalístico, sus músicas celestiales con el hang, los cantos armónicos, etc., son todo un deleite y una enseñanza para el cuerpo y el alma.