viernes, 19 de marzo de 2021

CAMBIANTE

 




A medida que pasa el tiempo y los años te vas dando cuenta de muchas cosas. La vida es una gran maestra, aunque muchas veces te resistas. En especial durante la etapa de la juventud.

Durante la época de la juventud hay una tendencia a sostener que se tiene la razón y que las creencias que defendemos o que lo que vamos realizando, encontrando y compartiendo es así y que los “demás” se equivocan. Benditas las lecciones de vida que nos demuestran que eso no es cierto.

Pensamos que el camino que elegimos es el adecuado y de maneras hasta sutiles intentamos que “los demás” vean el mundo como lo vemos nosotros. Eso tampoco es así.
El mundo, la creación, las personas, la vida… todo, está allí. En permanente cambio y evolución.

¿Han notado que todo ahora es diferente? ¿Se han percatado que hasta las estaciones se están comportando de manera distinta?

Lo que funciona para una persona no necesariamente funciona para otra. El modo en el cual despiertas tu conciencia tal vez no es la misma para tu hermano. Para cada quién es única y diferente.
Hay quienes tienen como prioridad descubrir quiénes son y que están haciendo en este mundo. Para otros eso no tiene mayor importancia.

Demasiada “importancia personal”, otros lo llaman ego. Es lo mismo. Y es una de las herramientas con la que venimos a trabajar.
Estamos rodeados de sabiduría. Hay tanta gente sabia alrededor. Y algunos no saben que lo son. Cuando abres tu mente, tu corazón y conciencia encuentras respuestas y guía tanto dentro de ti como afuera. Y en esa apertura te vas dando cuenta que parte de la vida consiste en compartir, aprender, enseñar, volver a compartir, callar, rectificar, disfrutar, agradecer, levantarte una y mil veces, continuar, vivir, bendecir.

Permanentemente estamos emitiendo juicios y críticas, aunque los disfracemos de palabras y frases hermosas. Y no nos damos cuenta. Pues, permanentemente también nos creemos dueños de verdades, arremetiendo en contra de los que no piensan y hacen las cosas como las hacemos y pensamos nosotros.

A cada uno le toca recorrer su camino a su propio ritmo y paso, eso forma parte de la diversidad en todo lo que existe. Y en ello encontramos diversos niveles de conciencia y distintas dimensiones. Así como hay diversos tipos de alimentos.

Imagínate lo siguiente: tienes hambre y te insisten en que solo comas de lo que tienes en tu interior mientras observas una mesa desbordante de delicias. O al revés, solo comes de lo que hay en la mesa y tu ser te pide alimento también y no se lo das. Requerimos de equilibrio en todo y “alimentar” los diferentes niveles de conciencia que conviven en nuestra manifestación. Alimento interno, alimento visual, alimento auditivo, alimento físico, alimento espiritual… Cada vez que me descubra queriendo o defendiendo tener la razón tal vez es el momento de observar el juicio detrás de ello.

Agradezco profundamente al Eterno por moverme el piso y al mismo tiempo sostenerme en cada experiencia de vida.
Seamos felices sin tantos rollos.

Conny


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